Revista Koyawe
Arte y Literatura

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“Fosa común”. Dibujo. Técnica grafito. Autor desconocido.

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REVISTA KOYAWE
LA SERENA
REGION DE COQUIMBO
CHILE

Suscripciones y Contacto:
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Correspondencia y Canje
Casilla 522 La Serena, Chile

Derechos Reservados

En esta edición:
Editorial
Luis Macaya
Poesía:
Carlos Mondaca Cortés (1881-1928)
Francisco Carrasco Araya
CHILE

Juan Disante
ARGENTINA

Adela Zamudio (1854-1928)
BOLIVIA

Noris Roberts
VENEZUELA

Prosa:
Luz Gabriela Rodríguez
ECUADOR

Leonor Escardo
ARGENTINA

Educadores:
José Abelardo Núñez (1840-1910)

Compositores:
Hernán Gallardo Pavez
COQUIMBO, CHILE

Trovadores
Angelo Escobar Plaza
LA SERENA, CHILE
José Abelardo Núñez

Fuente: Wikipedia

José Abelardo Núñez (1840-1910) fue un eminente educador y servidor público.

Nació en Santiago en 1840, en el seno de una familia de educadores. Su padre fue José María Núñez. José quedó huérfano a los 14 años, estudió en el Instituto Nacional y luego en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, donde se recibió de abogado en 1865. Aunque ejerció el Derecho y estuvo cerca de la política, su vocación se inclinó tempranamente hacia los problemas educacionales.
En 1866 participó en la fundación de la Sociedad de Instrucción Primaria —de la que Abelardo Núñez fue secretario
desde sus inicios— además de director del Boletín de Educación, su órgano oficial.
En reconocimiento de sus capacidades, el gobierno lo comisionó en 1878 para viajar a Europa y Estados Unidos, a conocer los sistemas de enseñanza básica y secundaria. También, los programas de formación de docentes, para su posible aplicación en Chile.
Entre 1879 y 1882, envió artículos y corresponden-cia a los diarios el Mercurio de Valparaíso y El Ferro-carril de Santiago, desde diferentes puntos del Hemisferio Norte, exponiendo con inteligencia sus observaciones.
Impulsor de la educación
A su regreso de Europa en 1882, Núñez redactó el informe Organización de las Escuelas Normales, que fue ampliamente aceptado, sobre todo por conciliar una visión reformadora con una mirada realista acerca de cómo impulsar la educación en nuestro país.
En 1888 fue designado inspector general de Instrucción Primaria, y promovió la creación de escuelas primarias en todo el país, y de las escuelas normales de Copiapó, La Serena, Chillán, Victoria y Valdivia. Para la formación de los docentes, impulsó la contratación de pedagogos alemanes, suizos y austríacos, y veló por el perfeccionamiento de los maestros.
Ningún campo le estuvo vedado como innovador de la educación, siendo además de lo anterior, fundador del Museo Pedagógico e impulsor de la dotación para las escuelas de mobiliario, material didáctico y biblioteca.
El lector americano
Entre las obras escritas de Núñez destacan dos que marcaron generaciones de niños chilenos y de otros países. En efecto, Abelardo Núñez publicó un Silabario,libro con que se enseñaban antiguamente las primeras letras; y un texto de lectura gradual titulado El Lector Americano, que se utilizó en escuelas chilenas por más de 40 años, siendo además adaptado como libro de Castellano en varios países de América Central.
Este insigne educador, activo miembro del Consejo de Instrucción Pública hasta el final de sus días, falleció en Santiago, en el mes de agosto de 1910, de bronconeumonía.

Algunas curiosidades
Se presume que durante la Guerra del Pacífico, Núñez fue "El Profesor", jefe del servicio de inteligencia chilena. El escritor Jorge Inostroza dio una versión novelada de este episodio en Adiós al Séptimo de Línea.

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trovadores



ANGELO ESCOBAR PLAZA

Nació en La Serena. Aprendió a tocar guitarra a los 16 años. Primero incursionó en la música andina para luego pasar por el reggae hasta que, gracias a su madre, descubrió la trova. En sus comienzos sacaba las canciones de Silvio Rodríguez y de Violeta Parra, algunas de Pablo Milanés, música que influyó en él desde la infancia. A los 19 años comenzó a componer sus propias canciones y sólo entre marzo y abril de 2008 logra concretar su primer trabajo discográfico que se titula “Un Montón de Espejismos”, grabado y producido de forma independiente en estudios PLUGS, en conjunto con “Roller” (Rodrigo Contreras, bajista de la banda Tumbo de la Hecatombe). El disco consta de 10 canciones entre las cuales se destaca el single promocional, “Indio”. Últimamente decidió radicarse en Valparaíso donde ha compartido escenario con artistas como Manuel García, Nano Stern, Chinoy, Kaskivano, Luis Lebert y muchos otros. Así también, ha tenido actuaciones tanto en Santiago como en otras regiones del país. Actualmente el bar “Canción de la Trova”, ubicado en la subida Cuming de Valparaíso, se ha constituido en su escenario permanente.

Koyawe Nº21

Editorial

Yo no sé si hay una fórmula secreta que asegure el éxito de las personas en la vida. Tampoco podría decir que los fracasos en la vida son producto de los vicios que nos acompañan o solamente cosas del destino. Lo cierto es que permanentemente andamos buscando respuesta al por qué de lo que nos sucede. Que si nosotros nos buscamos los males que después lamentamos o que si gracias a nuestro esfuerzo y perseverancia hemos logrado el ansiado premio que merecemos. Pero, será que todas las personas tienen esa preocupación. ¿Y aquellas que dicen que no se hacen problemas? “Lo que ha de ser, será”. Y me pregunto: Será que este tiempo o esta época no merece la pregunta ¿Para que estamos aquí...? ¿Para qué el trabajo, los bienes...? ¡Estos papeles! Sí. Porque no sólo de papeles vive el hombre, sino de toda letra que por otras cabezas ha rondado desde el principio de los siglos, para la gracia o torpeza de nuestras civilizaciones. Sólo por eso, yo me maravillo cada vez y cada tanto, y casi no boto nada de mis papeles hasta el fin de mis días (digo yo).

Carlos Mondaca Cortés*
(1881-1928)

Lejana


Llueve...Cae la noche mansamente,
y el dolor de la sombra angustia y pesa
y esta lluvia tediosa que no cesa
de gemir en el alma y el ambiente.

Pienso en todo y en nada. Suavemente
siento un vago recuerdo que me besa
Una esquila solloza su tristeza
y algo pasa aleteando por mi frente.

Temblorosa campana del convento,
tal vez trae tu queja la plegaria
de lo que pudo ser y nunca fue...

Tiene humedad de lágrimas el viento:
llanto tal vez de aquella solitaria,
de aquella que me amaba y que no ame.


*Poeta chileno nacido en Vicuña. Espiritual y melancólico, con siete años ingresa en un seminario y en 1900 se traslada a Santiago donde estudia para profesor de Estado en Castellano y comienza a trabajar en la Universidad de Chile. Allí escribió sus primeros versos en el Ateneo de Santiago, cuyo fundador fue Samuel Lillo. Su primer libro de poesía, “Por los caminos” (1910), lo dedicó a su hijo y el segundo “Recogimiento” (1917) a su hija, nacidos ambos en las fechas que se editaron. Fue Secretario de Educación, Rector del Instituto Nacional y Vice-rector de la Universidad de Chile. Falleció en Santiago en 1928. En 1931 se editaron sus obras completas. En reconocimiento a su obra, el 13 de agosto de 1953 se fundó en La Serena el “Círculo Literario Carlos Mondaca Cortés”, vigente hasta la fecha.

Luz Gabriela Rodríguez

V8

Sentada, con el botón PLAY activado, filmo con mis retinas el espacio azul.
La gente indiferente va y viene, mientras continuo filmando. Uno que otra review matizado con un pause cuando los recuerdos invaden mi inconsciente.
Todo surge sin esfuerzo. Muchas escenas ya se han suscitado. De vez en cuando aparece en el lente un dejo de nostalgia.
Convencida de ser hija de la luna, me muestro gélida y silenciosa. Mientras tanto, cara a cara con la existencia, continúo filmando.
Mi retina capta rostros inexpresivos, moldeados en una máquina que clona marionetas humanas en serie.
Giro el cristal y lo enfoco en mí. Veo que pocos trapos me cubren. Diviso mi existencia equívoca. Le doy un giro de 90 grados y puedo captar hasta la locura.


Capto seres sin nombre, sin pasado, sin futuro y he llegado a captar hasta cuerpos etéreos. Enfoco caminos sin tiempo de olvido. Reconozco los escenarios fatuos creados con cincel y con martillo.
En espera de un mañana que no sé que traiga, dejo transcurrir el hoy, continúo filmando.
Mi lente y yo, somos uno.

Más información de la autora en
http://blog.espol.edu.ec/lgrodrig/

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Juan Disante


Germen

Cuando la palabra no existía en la tierra, todo eran signos.
Reinaban las leyes del universo, y el hombre, sin entenderlas, se avenía a ellas.
El sosiego, el silencio y las equivalencias destacaban.
Entonces el hombre quiso…
Quiso…
Apareció la palabra.
Irrumpió el arado, las medidas, el tarifario, la espada.
El hombre se hizo poderoso, pero ya no podía convivir con la naturaleza sin torcerla.
La consonancia se interrumpió.
La palabra copuló con el silencio, la desazón con el sosiego, lo dispar con la probidad.
El silabario se bifurcó.
Hoy, el hombre reemprende la búsqueda de lo perdido allá lejos.
El silencio, las señales, la alegoría, el sino.
Allá lejos, la imagen acústica del laconismo.
No hubo nunca otra cosa que balbuceos… representando el germen.

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Noris Roberts

Sin decirnos nada




Abotonado tu aliento,
la bohemia noche se avecina sin temor.

Un erótico nocturno vibra en mis nazarenos labios.
Mis sinuosidades hinchadas centellean
y el ebrio descuido nos alcanzaba.

Castañas mis laderas cabalgaban.

Así, como el anuncio de la primavera
se avivaban nuestros besos agitando sus alas,
el goce disfrutaba recorriéndome virgen, latente,
con su nocturnal fiebre.

Paseándose entre las mieses del plácido lecho
la aurora despertaba,
y sin decirnos nada,
la pasión otra vez demandaba.
© Noris Roberts


*Noris Roberts, escritora venezolana, abogada litigante, graduada en la Universidad Santa María en Caracas, Venezuela. Efectuó postgrados en Derecho Civil y Mercantil y cursos de mejoramiento profesional en diversas áreas. Su inquietud por nutrirse más la llevó a incursionar en diseño, pero sin dejar de lado sus principales pasiones: la escritura y el ballet.

Contacto: [email protected]

Francisco Carrasco Araya

Confesiones del asesinado



Ya van siete años
desde que la enterré en el patio
Es extraño
pero parecía que en cada palada
yo mismo me enterraba:

Así
esta casa se me llena de gusanos
Vienen todos
a dejarme coronas
Y hasta yo mismo
observo mis fotos
como a un difunto

Parece que voy a tener
que desenterrarla del patio
en una de esas
yo el muerto
resucito desde esta tumba

*Francisco Carrasco nació en Santiago. Ha sido publicado en cuatro antologías: La comuna de poesía (1989); No le creas al espejo, rata (1993); Cómo te lo explico (1993), y El segundo infinito de la ciudad imaginaria (1994).
En 1991 editó su primer poemario: Indicaciones para lanzar la primera piedra, y ha sido colaborador y director de variadas revistas universitarias.
Además de poeta, se ha desempeñado como dramaturgo, cuentista, mago y ensayista. Estudió Derecho en la Universidad Católica del Norte, sede Coquimbo.




Adela Zamudio
(La Paz 1854 - Cochabamba 1928)


Nacer Hombre


Cuánto trabajo ella pasa
Por corregir la torpeza
De su esposo, y en la casa,
(Permitidme que me asombre).
Tan inepto como fatuo,
Sigue él siendo la cabeza,
Porque es hombre!
Si algunos versos escribe,
De alguno esos versos son,
Que ella sólo los suscribe.
(Permitidme que me asombre).
Si ese alguno no es poeta,
Por qué tal suposición
Porque es hombre!

Una mujer superior
En elecciones no vota,
Y vota el pillo peor.
(Permitidme que me asombre).
Con tal que aprenda a firmar
Puede votar un idiota,
Porque es hombre!

El se abate y bebe o juega.
En un revés de la suerte:
Ella sufre, lucha y ruega.
(Permitidme que me asombre).
Que a ella se llame el "ser débil"
Y a él se le llame el "ser fuerte".
Porque es hombre!

Ella debe perdonarSiéndole su esposo infiel;
Pero él se puede vengar.
(Permitidme que me asombre).
En un caso semejante
Hasta puede matar él,
Porque es hombre!

Oh, mortal privilegiado,
Que de perfecto y cabal
Gozas seguro renombre!
En todo caso, para esto,
Te ha bastado
Nacer hombre.

Autor, detalles

Leonor Escardo

El Ritual


Sobre un poema de Prevert
Echó café/ en la taza/ echó leche/ en la taza de café/
echó azúcar en el café con leche / con la cucharita/ lo revolvió/ Bebió el café con leche / dejó la taza sin hablarme/
encendió el cigarrillo/ Hizo anillos de/ humo/ Volcó la ceniza/ en el cenicero/ sin hablarme/ se puso de pie/
se puso el sombrero / se puso el impermeable/ porque llovía/
y se marchó/ Bajo la lluvia / Sin decir palabra/ sin mirarme/
y me cubrí / la cara con las manos/ y lloré.

Jacques Prevert


Se llamaba Juan Rosas. Rosas con “ese” no con “zeta” como solían repetir con risas aquellos que señalaba como malvados burlones y que según sus comentarios no lo querían.
Era un hombre acostumbrado a buscar sus nostalgias para sentirse vivo. Los recuerdos constituían poderosos imanes hacia los que convergían los aburridos espejos de las cosas. Estaban todos juntos, amarrados con aroma a café y a cigarrillo encendido. Esos vapores que partían de la taza mezclados al humo y al azúcar revelaban el comienzo de un largo ritual iniciado en otro tiempo coloreado con tristezas y despedidas.

Bebió el café con leche
dejó la taza sin hablarme
encendió el cigarrillo
Hizo anillos de humo

Sabía que era extranjero y que nunca olvidaría su pueblo. Me contaba que a los cielos y mares se los veía totalmente azules sin una sola nube que los turbara. Parecían espacios calmos y serenos. Cada uno de nosotros nos sentíamos un poco pintados con ese azul porque era como si nos hubiera “pintado el alma” decía, con una sonrisa triste. Luego me contaba que decidió viajar a este país del sur por un tiempo, pero con la idea de volver al pueblo de su nacimiento.

Trataba de explicarme su melancolía producida por estos cielos grises siempre nubosos que le robaban las esperanzas, se quejaba. Durante algún tiempo compartíamos las tardes hasta la llegada de la noche. Nos quedábamos a oscuras hablando hasta que yo encendía la luz. Imprevistamente él callaba y se iba quien sabe adonde. Estoy segura que amaba más su soledad y al cigarrillo que nuestros encuentros.
Es que los círculos de humo parecían más fascinantes por todo lo que podía descubrir en sus fantasías sinuosas, cargadas de misterio y que poblaban su soledad.
Una tarde no me habló más. Desde entonces los silencios se fueron superponiendo como blancos papeles con un fugitivo olor a aroma a café y otro breve olor a cigarrillo que más estaba en el recuerdo, como colgado en un perchero del tiempo.
Volcó la ceniza
en el cenicero sin hablarme
sin mirarme
se puso de pié


Confieso que no estaba preparada para compartir sus lejanías en las que adivinaba el adiós instalado entre nosotros, modelado por el tiempo, con espacios que se sumaban cada día y que no podíamos llenar. Estas cenizas que guardo es lo único que me dejó sin buscar dejarme nada. Fue antes de ponerse de pié.

Se puso el sombrero
se puso el impermeable
porque llovía
y se marchó bajo la lluvia


El sombrero desteñido por el tiempo era su otro amigo, tan querido como el cigarrillo. Solían estar juntos muchas horas recorriendo la ciudad hasta que cansados regresaban. Esa mañana llovía y la lluvia parecía responder a su cábala interna de humedades tibias que mojaban los recuerdos. Recibió un solo llamado en su celular, únicamente algunas palabras adelgazadas por su tristeza me alcanzaron. “No, eso no lo hablé, no, no lo comprendería.”


Sin decir palabra
sin mirarme


Súbitamente quedamos abrazados a nuestras distancias y sintiendo el frío de las soledades que se nos trepaba a los dos. No hallé ninguna magia aunque la hubiera querido encontrar para que me devolviera las flores silvestres del amor que se fue, alguna palabra o sortilegio que produjera el milagro. Pero no vino nada a mi encuentro de lo que ansiaba.

Y me cubrí la cara con las manos y lloré

Lloré por las miradas que se llevó y que ya no serán para mí. Lloré por sus nostalgias, por esa extraña costumbre de buscarse en el pasado. Lloré, porque me dejó sus llaves aquí sobre la mesa donde solía dejar el sombrero. Con estas llaves entraba, y yo esperaba que su cuerpo pasara rozándome apenas para luego alejarse. Cuando se aproximaba yo sentía un ritmo que nos envolvía a los dos, y un olor muy peculiar, como un perfume de otros tiempos y que en segundos se perdía. Todo era muy breve y concluía con el sonido de las llaves que dejaba sobre la mesa.
Siento mis manos húmedas sobre mi cara y me duelen estas lágrimas que resbalan sin límites por mis mejillas, porque recién ahora descubro el adiós no pronunciado de Juan Rosas.

*Leonor Escardo artista plástica y escritora argentina. Primer Premio Único Adquisición Benito Quinouela Martín. Obra adquirida por el Museo de Bellas Artes Eduardo Sivori. Obras en Museos - Pabellón de Artistas occidentales Kensuke Matsushita, Fukuyama, Japón. Colecciones privadas de Argentina y Exterior. En lo literario, integra Antologías de la Editorial de los Cuatro Vientos y Dunken; El decir textual Letras Argentinas; Homenaje a Alfonsina Storni y Fuga Imperceptible [Dunken] todas presentes en la Feria del Libro 2008 y próximamente en la de 2009. En la edición homenaje a Alfonsina Storni le fue otorgado el Primer Premio Mención en narrativa por los cuentos El Vuelo de los Pájaros y la Mano de Dios. La revista internacional Óleo y Mármol del prestigioso artista plástico Yaco Nowens difundió obra poética y narrativa a la que se agregaron otras notas sobre artes plásticas.

Contacto: [email protected]



Alfredo Lavergne

En torno a periodismo y literatura

La actividad literaria y la periodística, acostumbran compartir espacios, incluso a veces en la misma persona. Sin embargo, todas las prácticas humanas están insertas en una Historia, que a través de múltiples medios las determina, les da el rol social que cumplen y nos exige tomar decisiones .
Escribí hace algunos años que el periodismo era mucho más moderno como actividad específica que la literatura y hoy diría que nacen juntos en la literatura de romances, cantares de gesta, etc., en la que a veces cumplían función ‘informativa’. O sea, que no habría en esas letras separación. El periodismo asume como misión expresa la de informar, tarea precisa y delimitada que lo diferencia del mundo de concepciones y sobreentendidos que se anotan a la misión de la literatura. La vocación de eco de lo que acontece a nivel particular hacia el mayor ámbito que los medios de comunicación logran abarcar —pieza clave para la integración de la sociedad—, es una herramienta fundamental en la necesidad permanente del hombre de situarse, saberse y reconocerse como parte de un tiempo determinado y un entorno histórico, social y político en permanente cambio.
Es en este sentido que antes de buscar la raíz de la separación contemporánea entre periodismo y literatura, debemos señalar el profundo espíritu humanista que subyace en ambas actividades: esa herramienta para situarse, desde otra perspectiva, es una de las más conscientes determinantes de la actividad literaria. Los ejemplos están a la mano si debiésemos señalar cómo todos los días vemos periodismo de estilo literario y literatura de vocación periodística. El primero es prácticamente un cliché: Ernest Hemingway. Su vocación literaria corre a la par de su profunda vocación periodística, al nivel que su misma obra es un constante maridaje entre ambas actividades.
Mucho más allá de la literatura de escritorio, Hemingway se planteaba como una de las misiones fundamentales de la literatura desarrollar un profundo sentido de identificación con la vida en su manifestación más plena e intensa, asumiendo inclusive realidades sombrías como la guerra para retratar a la humanidad en su despliegue más pleno. En este sentido, el periodismo, practicado por él con una maestría y precisión impecables, acompañó a la literatura a través del ardiente derrotero de su vida: la guerra, la caza y pesca deportivas, la tauromaquia; Madrid, el Kilimanjaro, Habana; aparecen en su obra literaria al mismo tiempo que en su permanente trabajo periodístico. Su trabajo en este campo influye en el estilo preciso y conciso de su prosa literaria que, al no completar la narrativa completa y omnisciente de la literatura clásica, es capaz de crear atmósferas perturbadoras, precisamente por el afán expreso de retratar la realidad tal como aparece. En él, los límites entre periodismo y literatura prácticamente no se pueden fijar.
Otro ejemplo, mucho más cercano (aunque tan lejos de los actuales hábitos de lectura), constituyen los dos máximos referentes de lo que el modernismo dio en llamar costumbrismo: Joaquín Díaz Garcés y José Joaquín Vallejo. Ambos, reconocidos trabajadores y empresarios de una prensa que en Chile vivía un momento bullente absolutamente sin parangón en el resto de su historia, siguieron la línea trazada por otro de los grandes escritores-periodistas, Mariano José de Larra, en el sentido que la literatura debía asumir un sentido netamente nacional, que lograra retratar, ya no los sueños o los ideales de la sociedad (como querría el romanticismo), sino que la real manifestación del carácter del país, no importando que este carácter sea decepcionante o grosero, o que el resultado sea ligero y sin mayores consecuencias. Díaz Garcés y Vallejo (o Ángel Pino y Jotabeche, como firmaban sus artículos de más refinada elaboración) son verdaderos maestros de la prosa, asumiendo un estilo ágil y pleno de segundas intenciones en sus obras principales: el artículo o la “página” de costumbres, destinada a aparecer en la prensa diaria.
La escasa nueva lectura de estos escritores-periodistas por parte del siglo XX va en directa proporción a la pobreza de lenguaje del periodismo contemporáneo que, a su vez, se corresponde con la pobreza de lenguaje de nuestra población.
¿Cuál puede ser la causa para la notoria separación entre periodismo y literatura en el mundo moderno? Creemos que hay que buscarla en el extremo modelo economicista actual, que más allá de asignar un rol y misión particular a las actividades humanas desde criterios de verdad, decoro o utilidad social —como absolutamente todos los sistemas sociales han propugnado—, determina a los oficios según su capacidad de reproducción de la riqueza económica. Así, la literatura cae en la red a través de las grandes empresas editoriales, que con criterios de mercado dictan líneas de publicación y marcan la ruta por las cuales definir el gusto y controlar el mercado literario, generando una especialización manifes-tada en zonas geográficas, grupos sociales y nivel académico —tarea en la cual el actual periodismo literario, también radicalmente especializado, cumple un rol primordial. El periodismo, asimismo, está cada vez más lejos de restituir en su práctica al hombre en su totalidad, enmarcándose de acuerdo a directrices globales manejadas desde las grandes agencias de prensa, que en pos de una mal entendida “objetividad periodística” limita permanentemente la posibilidad de un nuevo periodismo, al menos desde los grandes medios de comunicación tradicionales –se genera así una extrema funcionalidad en la activi-dad de la comunicación social, que lo hace permeable de “venderse” y de responder a las exigencias del sistema con las precisas imágenes que éste le pide.
Creemos que existe la posibilidad de revitalizar la relación entre periodismo y literatura. Aquí me permito el referente a Ryszard Kapuscinski. En primer lugar, el periodismo debe tomar consciencia de su rol permanente y fundamental de aportar a la memoria de la vida social, y en esto no nos referimos tan sólo a la memoria histórica, sino al real y constante llamado al hombre a revisar el entorno social y vital de su vida: la sociedad humana es la misma hoy que ayer y antes de ayer, gracias a esta constante y actuante memoria. Hay que ver en el periodismo la posibilidad de una promoción del ser humano en sus valores más plenos y fundamentales.
En segundo lugar, la literatura debe hacerse consciente de su misión de eco y expresión del entorno vital y social del hombre, no ya de la manera esquemática y unilateral de los autoritarismos de izquierda o derecha, que dictaron lo que se debía escribir, sino de un nuevo modo: implica saber reconocer que la más vanguardista de las literaturas no puede dejar de responder a la situación de enajenación del hombre ante un mundo que se totaliza frente a él, dejándolo aislado y enfrentado al hecho de que él mismo está escindido. Hay que ver de nuevo en el acto de la literatura una expresión de esencialidad humana y libertad que no se puede comprar o vender.
En tercer lugar, hay que reconocer la viabilidad de prácticas comunitarias en el ejercicio del periodismo y la difusión de la literatura a través de las tecnologías de Internet. Nuevos medios de prensa, de generación y alcance internacional, están haciendo real un viejo sueño de las vanguardias políticas: el establecimiento de una red de comunicación social alternativa, que no sólo responda a la visión individual, sectorizada; sino que se hace capaz de autogenerar y autodeterminar su expresión a través del feedback permanente de los receptores. Esto debilita necesariamente los intentos de hacer caer la comunicación social global en la red de un economicismo totalizante.
Un periodismo que se plantee desde estas perspec-tivas es condición fundamen-tal para una nueva puesta al día en la situación de la literatura en el entorno social, para la postulación posible de canales de circulación literaria no aherrojados por el criterio de mercado; será, asimismo, la única posibilidad de una nueva cercanía y mutua alimentación entre la literatura y el periodismo. Y, ante las urgencias del día —la posibilidad de una hegemonía política mundial única, la absoluta crisis ambiental, la búsqueda necesaria de nuevas soluciones a los viejos problemas—, tales activi-dades sabrán responder como lo han hecho en los momentos más extremos de nuestra historia moderna: hablando hacia el hombre, desde el hombre.

Alfredo Lavergne, poeta, nació en Valparaíso, Chile, en 1951. Emigró a Canadá en 1975, país donde publicó en diferentes medios literarios y logró dar a conocer su obra en extenso. Se radicó en Québec, Montreal. Se sumó al estudio de la obra huidobriana (creacionismo), al haiku (poesía japonesa) y a la creación literaria. Colabora en revistas especializadas, festivales y periódicos. Retornó a Santiago de Chile en 2005. Su obra ha sido incluida en diversas antologías y revistas. Ha publicado siete libros de poesía en castellano y tres bilingües en idiomas castellano-francés. Actualmente reside en Santiago, Chile.

Fuente: http://luiseaguilera.blogspot.com

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HOY

Efemérides Enero


2 de enero de 1948: Muere en Santiago el poeta, novelista y ensayista chileno, Vicente Huidobro. Desde muy joven, enriqueció sus conocimientos y experiencias estéticas en frecuentes viajes a Europa. Vicente Huidobro vivió en París largas etapas de su vida donde desarrolló su teoría creacionista, que tuvo y tiene muchos adeptos.

4 de enero de 1866: Nace en Cobquecura, Itata, quien fuera llamado el padre del criollismo chileno, Mariano Latorre Court. Autor de “Cuentos del Maule” (1912); “Cuna de Cóndores” (1918) y “Zurzulita” (1920). “La Isla de los Pájaros” (1955). Se le otorgó el Premio Nacional de Literatura en 1944. Falleció en Santiago el 10 de noviembre de 1955.

10 de enero de 1957: Muere la poetisa chilena Gabriela Mistral, quién alcanza renombre internacional al recibir el Premio Nobel de Literatura, en 1945. Seis años más tarde recibe el Premio Nacional de Literatura. Se desempeñó como Cónsul en España, Portugal, Italia y Brasil.

10 de enero de 1950: Nace en Santiago el poeta y antologador, Raúl Zurita Canessa, Premio Nacional de Literatura 2000. Entre 1979 y 1993 Zurita escribe la trilogía Purgatorio (1979), Anteparaíso (1982) y La Vida Nueva (1993), en la que recorre los más variados paisajes desde desiertos, playas, cordilleras, pastizales y ríos. Estas obras están consideradas entre las más importantes de su producción.

31 de enero de 2008: Fallece Volodia Teitelboim, abogado, periodista, crítico literario y fundador de las revistas Aurora y Araucaria de Chile, además del diario El Siglo. Teiltelboim volcó su pasión por la palabra no sólo en volúmenes, sino también en la arena política, donde se le reconoció como uno de los grandes oradores del Congreso Nacional. Recibió el Premio Nacional de Literatura 2002.

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Faro Monumental
de La Serena


Ubicado en la comuna de La Serena, Chile, fue construido entre 1950 y 1951 a petición del presidente Gabriel González Videla dentro del denominado Plan Serena. La obra fue dirigida por el ingeniero civil Cisternas Larenas. En la actualidad es un importante centro turístico siendo visitado por más 100.000 personas al año, sin embargo no está dotado de servicios e infraestructura básica para el visitante.
Fuente fotografía: http://www.fotolog.com/chile_lugares
/62109041

Libros Recibidos





“Travesía” de Julio Piñones. Editorial Universitaria de La Serena.

El autor nació en Antofagasta en 1946. Ha sido antologado en 33 Nombres Claves de la Actual Poesía Chilena (Santiago, Zig-Zag, 1968), en Poesía Nueva de Chile (California, 1983) y En el Ojo del Huracán (Chile-Canadá, 1991). Sus libros de poesía son Andadura (1982), Poemares ((1991), Peca-dos Cordiales (1994) y Bellas y Orates (2000).
Es Profesor de Estado en Castellano por la Universidad de Chile y Doctor en Filología Hispánica por la Universidad Complutense. Ha publicado ponencias, ensayos y estudios en revistas especializadas nacionales e internacionales.