Poetas del Desperdicio:
Benito Cortés Chacana y Deloy Nédito.
Registro Fotográfico: Marcela Reyes Harris
Héctor Zabala
Rosa Salvatierra
Andrés Sabella
Orlando Pichardo
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Koyawe Nº4
Editorial
Hay actos que convocan sin más ni más que el mismo hecho de asistir y estar ante la presencia de un personaje que nos liga a nuestra propia historia. Que la presencia de ese personaje sea en carne y hueso, que sea su legado o su obra, que sea su espíritu, es lo que no viene al caso analizar. Estaremos allí porque nos hace sentir bien, porque representa nuestros ideales y nuestro sentir junto con la esperanza de ser y hacernos más humanos. A veces es la curiosidad la que nos acerca al interés que otros tienen en ciertos eventos. En fin, siempre encontraremos alguna razón en donde no existe, pero que nos da la posibilidad de congraciarnos con lo que dejamos de hacer alguna vez.
Hacemos lo que podemos ahora, haremos lo que podamos después, y diremos entonces, pude haber hecho más cuando joven, pero me faltó coraje, me faltó decisión, no tuve alguien que me dijera: lo que tienes en la mente hazlo con el corazón.
Bendito aquel que sigue el buen camino, porque toda su obra será reconocida y los hará eternos, vivos siempre, alimentando otros corazones.
Cuando no puedo evitar que arrasen tus tierras
y el manto corruptor del dinero,
compra, revende, subasta,
la conciencia, los recuerdos, los sueños, la esperanza,
me declaro culpable, me aborrezco, me avergüenzo.
Me postro en este rincón vacío,
poseo una cara que carece de humanidad
al mirarte los ojos.
—No deja de ser hogar,
el sitial donde borraron los cimientos de casa—
Me declaro culpable, incompetente y pobre,
mi pobreza radica en la ignorancia del olvido
y mi condena los huesos del pasado,
mientras danzan paganos
el final se acerca.
Yo me conformaría con tener treinta y nueve años menos
darme otra oportunidad tan sólo otra oportunidad
para no pasar tan resquebrajadamente desapercibido
birlaron mi momento de gloria
no supe apresarlo
Mi madre me peinaba con Brancato
el micro me pasaba a buscar
repetí tercero, cuarto y quinto grados
Creyendo obedecer designios divinos
mortifiqué un tanto mi carne circunstancial
Una pérfida se casó conmigo
y logró ella fecundarse de mí
y producir hijos que también
desaprovecharían la oportunidad
de suicidarse en el jardín de infantes.
Viven tan poco los animales
y en cada uno de ellos
hay algo de mi vida que se niega a morir
y en cada uno hay un llamado mío
un oscuro deseo que ellos sólo conocen
porque son como el juego inventado por los días tristes
con los días felices.
Ellos aprendieron a ladrar y a maullar nombrándome
pero vivieron muy poco para seguirme desde lejos
hasta verme desaparecer en los caminos
y cada vez que me alejo de un lugar
yo los siento venir a mi garganta como un sordo
y dulce gemido.
Cuando los niños o los animales me olvidan
yo también me olvido por qué la lluvia y la nieve
me hacían tan feliz
yo también me olvido por qué he vivido hasta ahora.
EFRAÍN BARQUERO (Piedra Blanca / Curicó, 1931): Ha publicado entre otros libros: La Piedra del Pueblo (1954); La Compañera (Edición definitiva en 1969); Enjambre (1959); El Pan del Hombre (1960); El Regreso (1961); Maula (1962); Poemas Infantiles (1965); El Viento de los Reinos (1967); Epifanías (1970); El poema negro de Chile (1974-1976); Bandos marciales (1974); La mesa de la tierra (1998); Antología (2000) y El poema en el poema (2004). Es uno de los poetas chileno más destacados. Actualmente vive en Francia.
Entró en su confortable casa mascando el temor en su rostro, demacrado, en silencio. Hoy por hoy la presencia del peligro en el barrio era vox populi, el comentario obligado y trasnochado de cualquier mesita de café. El terror danzaba en el siniestro ambiente, se adueñaba de todos, viejos y jóvenes, sin necesidad del incentivo de películas que adaptaran, mal o bien, la obra de Bram Stoker. Ya los vampiros eran reales; ya sus víctimas, evidentes.
Su mujer, sus vástagos, dormían plácidos, ajenos, pletóricamente felices. Pensó despertarlos, reunirlos y decidir entre todos si valdría la pena esa espada de Dionisio el Viejo sobre sus cabezas y arriesgar la vida ante aquellos malditos, por más que la casa naciera dieciocho lustros atrás de sus bisabuelos dedicados, como rezaba la altiva tradición de familia. Padre amoroso, debía velar, cubrir con sus tiernas alas el nido propio. Acaso, mejor mudarse, sin atarse culposo a agradecidas herencias.
Pero, ¿para qué ponerlos ya sobre aviso? No, no serían horas decentes. ¡Impiadoso, sobresaltar escándalos! Mejor que siguieran durmiendo. Resolvería todo solo. Elucubró y elucubró en su frágil corazón forma tras forma de encarar el neblinoso asunto, amén que meditaba, que mataba tensiones, que se prodigaba alerta... por si ellos, los malditos, aparecían. Sin embargo, poco a poco, Morfeo lo fue convenciendo. No quería dormir, no debía dormir, pero igual finalmente sucumbió a un sueño profundo.
Al caer el sol lo tenía decidido: abandonarían la casa con presteza. Mas, justo en ese instante, sintió el ruido sordo, ¡y la cruel estaca de madera invadiendo su corazón! Los malditos se les habían adelantado.
("Los malditos" obtuvo el Primer Premio en el I Concurso Nacional de Narrativa y XIV de Poesía de Los Poetas del Encuentro. Villa Ballester - Provincia de Buenos Aires, Argentina, 28/5/2005)
Escuchaba unos recuerdos de madrugada. Vivencias caladas en el corazón a kilómetros de mi historia en el tiempo y espacio. Veía imágenes en las voces, una voz henchida de emoción y sentir. Si quería estar ahí, nunca, ni en sueños...
De paisajes y gente, relatos; de amores, suspiros profundos y lamentos de añoranza incierta.
Mi vida ni imagen, menos recuerdo, nunca necesidad. No era yo la protagonista de esto.
En los sonidos... y casi se encuentran olores si es olido, estremecer si suena el frío, hasta sentir el calor del sol en la voz...
Historia para maravillar, aunque no hayas estado y ni te esperen.
Recuerdos tuyos, porque en tus orejas quedaron. Tuyos si los quieres, mejor y en tu mente.
Míos, y hoy me doy cuenta que estuve. Fui en la tierra que pisaban, en el viento que tocaban, en las hojas frescas y secas, en la madera, en el espíritu...
Fui y estuve, estoy y voy. Donde haya historias en que todo tenga una parte de mí, estaré.
Rosa Salvatierra Sánchez reside en la ciudad de La Serena
Antofagasta principia en una huella
donde el sol fue la vívida simiente:
Antofagasta guarda entre su frente
levadura de océanos y estrella.
Lar de sangre y sudores en querella
de la ambición del hombre es confidente
todo aquí tiene su pulso de torrente,
¡su historia, como un cántico, destella!
¡Oh, ciudad del reloj de los Ingleses,
del ancla augusta y la Portada recia,
rotunda de metales y de peces!
¡Eres un nido lleno de futuro:
te ama el viento, la vastedad te aprecia
porque en ti lo esencial está maduro!
Incluido en “3 sonetos a la ciudad”, Homenaje a la ciudad de Antofagasta, Universidad de Chile.
Nota: Esta colaboración fue enviada por Nicolás Correa, por encargo de don Raúl Correa Ramírez, poeta Premio Regional de Literatura del Círculo Carlos Mondaca Cortés de la ciudad de La Serena:
“Se trata de tres sonetos (Sabella, Rendic y Bahamonde) que se difundieron en homenaje al centenario de la ciudad de Antofagasta en 1966, por parte del Instituto de Literatura Nortina de la Universidad de Chile, más un cuarto soneto de él (Raúl Correa) que se publicó en el Diario el Día, tal como lo explica en la carta donde lo incluye”.
es mejor morir de vodka que de aburrimiento V. M.
a Luis Cornejo
Pude un día conocer los lugares más exóticos
pude navegar con mi barco de contrabando
por los mares del sur
montar mis mujeres en mulas
y recorrer las trochas paranoicas de los Andes
andar por los bares de los bajos fondos
con la mirada doble del beodo
Pude respirar en los respiraderos del opio
tener mis putas y ser el chulo más querido
de los puertos del mundo
Pude ser contrabandista de esmeraldas
buscador de oro
artillero
tratante de blancas
pude ser el tahúr que siempre lleva un as bajo la manga
pude ser........ ¡Qué les digo!
trovador
serenatero
jugador de bolos
asaltante de bancos
corredor de galgos
mago de cabaret
PUDE SER
pero sólo soy un soñador empedernido
que perdió la pista de los sueños.
Orlando Pichardo, Venezuela, poeta editor, director de Principia, revista cultural de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado "Premio Nacional del Libro, Mención Revista Cultural
Tuve que perdonar la sal
cristalizada en tus latidos
A vela con tus vientos
entre paredes de agua
sujeté hasta el último remo
para inventar
otras marcas
otro nido
Del galope de tus olas
gotas errantes
ablandan mis labios.
Correspondencia recibida: Eduardo Dalter, Héctor Zabala, Mario Capasso (Argentina); Nicolás Correa (Santiago de Chile); Ricardo Díaz (Francia).
Revistas Virtuales recibidas: Remolinos Nº33, Con Voz Propia Nº21, Sur Nº31, Arte al Límite Nº32, Sesam Nº82.
HOY
Efemérides Agosto
5 de agosto de 2002 Fallece en Santiago de Chile el escritor y periodista chileno, Francisco Coloane, Premio Nacional de Literatura 1964. Autor de la novela juvenil “El último grumete de la Baquedano”. Coloane había nacido en Quemchi, Chiloé el 19 de julio de 1910.
9 de agosto de 1901 Nace en Chillán Marta Brunet, escritora y novelista chilena, Premio Nacional de Literatura en 1961. En 1932 publicó su primera obra "Montaña adentro". Fue el comienzo, ya magistral, de una larga obra narrativa de tema campesino. Entre sus obras más importantes tenemos: "Bestia dañina", "María Rosa"; "Reloj de sol", etc. Falleció el 27 de octubre de 1967.
11 de agosto de 1926 Nace en La Serena, la poeta Stella Díaz Varín. En 1949 publicó su primer libro, Razón de mi ser. Su producción literaria continuó con Sinfonía del hombre fósil (1953), Tiempo, medida imaginaria (1959) y Los dones previsibles (1986). Falleció en Santiago el 14 de junio de 2006.
20 de agosto de 1960 Fallece Víctor Domingo Silva, escritor chileno, poeta, novelista, cuentista, dramaturgo y periodista.24 de agosto, Premio Nacional de Literatura 1954 y Premio Nacional de Teatro 1959. Nació en 1882 en la localidad de Tongoy, Región de Coquimbo. En el año 1901 fundó en Valparaíso, junto con otros escritores, el Ateneo de la Juventud.
26 de agosto de 1989 Fallece en Iquique, Andrés Sabella, escritor, poeta y dibujante nacido en Antofagasta el 13 de diciembre de 1912. En 1944 publicó su obra más conocida, la novela Norte Grande. En 1967, junto a Nicolás Velasco del Campo, creó la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica del Norte.
La Scuola di Atene
Detalles
La historia de la filosofía es el estudio de todas la ideas y sistemas de pensamiento racional creados desde la época en que el modo de explicar los fenómenos de la naturaleza comenzó a prescindir de los mitos para apoyarse sobre todo en la razón. Este gran paso de la mitología a la verdad comprobada se le conoce como "paso del mito al logos".
La única certeza
Jaime Eduardo Alfaro Castillo
Pintor coquimbano nacido el 17 de Octubre de 1971. Estudios universitarios cursados en la Universidad de la Serena, título profesional, Licenciado en Educación en Artes Plásticas Mención arte Aplicado. Participación en 22 exposiciones colectivas y 3 muestras individuales a nivel regional, exceptuando una muestra en Argentina y Estados Unidos.
Premios obtenidos: 3er lugar como profesor guía concurso murales (UNESCO SERNAM) 1999; ganador del proyecto Espacios Públicos Paseo del Cabildo Enero 2005, La Serena; Primer Premio Concurso de las Artes Cámara de Diputados IV región de Coquimbo, Agosto 2005; La Región es Mujer, exposición itinerante IV región proyecto Fondo Regional de Cultura 2006.
Ha realizado talleres de expresión gráfica con el profesor polaco Mieczyslaw Gorowski “Vivir el Afiche”; “Lo Esencial Significa” por el profesor polaco Mieczyslaw Wassilewski y un seminario taller dirigido por el profesor polaco Lech Majewski. Todos realizados en la Universidad de La Serena.
León Tolstoi Tolstói, Liev Nikoláievich
(Conde de Tolstoi)
(1828-1910)
Este novelista ruso nació el 9 de septiembre de 1828 en Yásnaia Polaina, una propiedad agrícola de su familia, en el sur de Moscú.
A los nueve años quedó huérfano, y se crió con unos parientes en un ambiente religioso y culto. Tuvo tutores franceses y alemanes.
A los 16 años, ingresó en la Universidad de Kazán, donde estudió lenguas y más tarde leyes. En 1847, insatisfecho, abandonó sus estudios. La Biblia se convirtió en uno de sus libros de cabecera, al igual que las doctrinas de Pushkin y Rousseau, entre otros autores.
Después de un breve intento por mejorar las condiciones de vida de los siervos de sus tierras, se metió de lleno en la alta sociedad aristocrática moscovita, a la que en sus diarios prometió reformar.
En 1851, se reunió con su hermano en el Cáucaso, donde su regimiento se encontraba acampado y, tras una breve permanencia, decidió incorporarse también al Ejército ruso. Allí estuvo en contacto con los cosacos, que se convertirían en los protagonistas de una de sus mejores novelas cortas, Los cosacos (1863). En ella compara el cansancio de la juventud moscovita con el vigor y la vida al aire libre de los cosacos. En el tiempo que le dejaban libre las batallas, concluyó una obra autobiográfica, Infancia (1852), a la que siguieron otras dos, Adolescencia (1854) y Juventud (1856). Estas obras recibieron una calurosa acogida por parte del público.
Entre 1855 y 1856 escribió Sebastopol (1855-1856), tres historias basadas en la guerra de Crimea, de la cual fue oficial del ejército, y que narran recuerdos de su vida militar.
Interesado en la pedagogía, viajó por Inglaterra y Alemania, donde estudió los modernos métodos didácticos, que aplicó a la escuela modelo por él fundada en Yasnaia Polaina.
En 1862, se casó con Sofía Andréievna Bers, miembro de una culta familia de Moscú. Durante los siguientes quince años formó una extensa familia (tuvo quince hijos), administró con éxito sus propiedades y escribió sus dos novelas principales, Guerra y paz (1863-1869) y Ana Karenina (1873-1877).
Guerra y paz es un retablo de la vida rusa durante las guerras de Napoleón, siendo su obra maestra. Ana Karenina es una novela de costumbres de la sociedad rusa cuyo propósito moralizador no prevalece sobre su valor artístico. Otra obra importante fue Mi confesión, testimonio de su crisis espiritual y de conciencia. La sonata a Kreutzer, Amo y criado y Resurrección, son obras en las que domina su preocupación ética junto a un análisis vigoroso y penetrante de la vida rusa.
Otras obras de su autoría son: Historias para el pueblo (1884-1885); La muerte de Iván Ilich (1886); El poder y las tinieblas (1888).
A los 82 años, cayó enfermo de neumonía y, el 20 de noviembre de 1910, murió en una remota estación de ferrocarril.
Tolstoi, partidario de la no violencia y de la abolición de la propiedad, fue víctima de la contradicción entre su vida y sus convicciones morales. Profundamente convencido de que la única salvación sólo podría encontrarse en Dios, su misma fe le llevó a rechazar las instituciones y creencias de la iglesia rusa y a fijar como ideal de la vida la pobreza voluntaria y el trabajo manual. Intentó renunciar a sus bienes, pero la resistencia de su familia se lo impidió.